Este viernes 11 de abril, la Corte Suprema de Justicia citó al ministro del Interior, Armando Benedetti, a una audiencia de acusación por injuria en contra de Lina Arbeláez, exdirectora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf). Horas después, a través de su cuenta de X, Benedetti se retractó de las afirmaciones que señalaban a la exfuncionaria de presunta corrupción. Aseguró que “no tiene pruebas”.
La magistrada Blanca Nélida Barreto citó a Benedetti para el próximo jueves 24 de abril a las 8 de la mañana. Como senador en 2022, Benedetti publicó en su cuenta de X que “esa directora del Icbf es un desastre y sospechosa de cualquier robo”, refiriéndose a Arbeláez, quien estuvo en ese cargo bajo el gobierno de Iván Duque. Benedetti aseguró que la exfuncionaria había “saqueado la entidad”. Por eso, Arbeláez interpuso una denuncia en su contra por injuria y calumnia.
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“Publiqué en esta red social información de la cual no tengo pruebas, en el sentido de afirmar hechos de corrupción y mala gestión de Lina Arbeláez como Directora del Icbf”, afirmó Benedetti. “En el marco del control político que era mi deber como senador recibí información sobre la entonces directora del Icbf, cuya veracidad no pude confirmar”, agregó.
Los líos judiciales de Benedetti
El hoy ministro del Interior carga con varios procesos en la justicia. La Corte Suprema de Justicia lo llamó a juicio por presunto tráfico de influencias en el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo (Fonade), una entidad adscrita a Planeación Nacional. Supuestamente, habría injerido para favorecer a la empresa Certicámara S.A. con un millonario contrato cuando era senador de La U.
Además de este caso, Benedetti es señalado de presunta corrupción en Electricaribe y la Electrificadora del Meta (Emsa). También es investigado por supuesto favorecimiento a la empresa Simetric S.A., de Euclides Torres, megacontratista y líder del Clan Torres del Caribe. Euclides Torres financió la campaña de Gustavo Petro y aterrizó ahí de la mano de Benedetti. Y su esposa, Adelina Guerrero, lo denunció por violencia de género. Sin embargo, ella luego lo negó.
También está en la lupa por presunta compro de votos en La Guajira y supuesta corrupción en la Fiduprevisora, entidad que administra las prestaciones sociales del Magisterio. Por ese caso, la Sala Especial de la Corte decidió no enviarlo a la cárcel. Consideró que “no era necesario”. Benedetti, además, rinde como testigo en la investigación a la campaña Petro por presunta financiación irregular y violación de topes.
Benedetti, un funcionario polémico, pero que Petro ha defendido
Benedetti aterrizó en la campaña Petro como un peso pesado en el Caribe, su fortín político. En sus palabras, coordinó la agenda y gestionó la logística de los eventos. Desde ahí, se volvió un político cercano a Petro. Aterrizó a su gobierno como embajador ante la FAO, en Roma (Italia), luego llegó a Casa de Nariño como su asesor, estuvo 20 días como jefe de gabinete y se convirtió después en su cuarto ministro del Interior.
Por los problemas judiciales de Benedetti, además de otras polémicas, como los audios filtrados en los que insulta a la ahora canciller, Laura Sarabia, el gabinete de Petro más alineado a la izquierda se reveló en su contra. En el primer consejo de ministros televisado, Susana Muhamad —entonces ministra de Ambiente— y la vicepresidenta Francia Márquez lo cuestionaron por sus antecedentes. Pese a las críticas, el presidente Petro lo defendió.
Aseguró que “todos merecen una segunda oportunidad”, e incluso lo comparó con Jaime Bateman, uno de los líderes del M-19, guerrilla en la que Petro militó. Benedetti está como un ministro estrella del gobierno que, aunque levanta ampolla, cuenta con el respaldo del presidente. Por ahora, pese a la carga que tiene detrás, es quien debe sacar adelante la consulta popular por las reformas y manejar las relaciones en el Congreso.
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