El templo Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, ubicado en El Cerrito, Valle del Cauca, fue víctima de un acto de vandalismo y robo que ha causado conmoción entre sus feligreses. Durante el pasado fin de semana, un grupo de delincuentes ingresó al lugar por el techo y saqueó varios bienes de la parroquia, lo que ha desatado preocupación por la seguridad en la zona.
Según confirmó el párroco Sergio de Jesús Marín, el robo fue descubierto en la mañana del domingo, momentos antes de dar inicio a la eucaristía. Al ingresar al templo, el sacerdote encontró el lugar en completo desorden, con objetos litúrgicos fuera de su sitio y el sagrario violentado. Aunque los delincuentes no lograron abrir el sagrario, sí accedieron a la sacristía, donde forzaron cerraduras y se llevaron equipos de sonido y una guitarra, elementos fundamentales para el desarrollo de las celebraciones religiosas. “Encontramos todo tirado, un completo desorden. El sagrario había sido manipulado e intentaron abrirlo, pero gracias a Dios no lo lograron”, relató el padre Marín en declaraciones recogidas por medios regionales.
Indignación y llamado a reforzar la seguridad
El hurto ha causado profunda tristeza e indignación entre los miembros de la comunidad. Feligreses han manifestado su dolor por lo que consideran una falta de respeto a su fe y un ataque a un espacio de encuentro espiritual. “Robar en la casa de Dios es algo que no se puede aceptar. Aquí buscamos paz, consuelo y esperanza. Esto es un golpe al corazón de nuestra comunidad”, expresó una feligrés visiblemente afectada.
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Ante lo sucedido, vecinos y creyentes han elevado un llamado urgente a las autoridades municipales para que refuercen la seguridad en los alrededores de la iglesia y otros espacios públicos, pues aseguran que los actos delictivos en el municipio han ido en aumento.
Acciones de la comunidad y apoyo solidario
Mientras la Policía adelanta la investigación para identificar y capturar a los responsables del hecho, la parroquia y su comunidad han puesto en marcha iniciativas para reponer los objetos robados y reparar los daños causados. Campañas de recolección de fondos y donaciones ya están en marcha, con el propósito de que las actividades religiosas puedan continuar sin contratiempos. “Nos duele lo que pasó, pero no nos vamos a rendir. Vamos a trabajar juntos para recuperar lo que es de todos. Nuestra fe es más fuerte que cualquier acto vandálico”, aseguró otro miembro de la comunidad durante una reunión convocada para coordinar la ayuda.
Las autoridades locales, por su parte, reiteraron su compromiso de aumentar los patrullajes nocturnos y redoblar la vigilancia en puntos sensibles como iglesias, parques y centros comunitarios.
