La emergencia provocada por las fuertes lluvias en Jamundí, Valle del Cauca, dejó un saldo preocupante para decenas de comerciantes rurales que no podrán operar este fin de semana, su principal fuente de ingresos. Balnearios, tiendas y locales de comida quedaron inundados o destruidos tras el desbordamiento de tres ríos que arrasaron con infraestructura y bienes materiales.
Negocios que dependen del turismo local de los fines de semana, especialmente en sectores como río Claro, perdieron mesas, sillas, equipos de sonido y otros elementos esenciales para funcionar. “El río se llevó todo. No vamos a poder trabajar el domingo que es cuando más visitas recibimos. En dos días no nos recuperamos”, expresó Albeiro Ospina, dueño de un balneario, reflejando la incertidumbre compartida por muchos en la zona.
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Las lluvias no dieron tregua a los comerciantes y paralizaron la economía en Jamundí
Desde la madrugada del viernes, los comerciantes en Jamundí enfrentaron una situación crítica. Las crecientes súbitas de los ríos Jamundí, Jordán y Claro no solo provocaron daños materiales, sino que también dejaron incomunicados varios corregimientos rurales como Villacolombia y San Antonio. Estos territorios no solo dependen del turismo, sino también del comercio entre veredas y del transporte de productos agrícolas.
La suspensión de las actividades comerciales afecta directamente a las familias que viven del trabajo diario. Sin ingresos, sin clientes y sin condiciones para operar, los emprendedores locales ven en riesgo su sustento. A pesar de la rápida instalación de una sala de crisis por parte del gobierno municipal, los comerciantes aseguran que necesitan apoyo urgente para reactivar sus labores lo antes posible.
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Daños materiales y aislamiento dificultan la recuperación
Los negocios que operan cerca de los afluentes, como tiendas, balnearios y estaderos, quedaron cubiertos por el lodo y el agua. El río Claro, en particular, arrastró objetos personales, animales y estructuras completas. Algunos comerciantes intentaron recuperar parte de sus bienes, pero las pérdidas fueron inevitables. Además del impacto económico, la situación ha generado frustración e impotencia entre quienes dependen de estos espacios para sobrevivir.
Mientras tanto, las autoridades de gestión del riesgo recorren la zona evaluando los daños. La secretaria de Gobierno de Jamundí, María Eugenia Barona, solicitó al departamento maquinaria y ayudas humanitarias, argumentando que más de 20 deslizamientos mantienen aislados a varios corregimientos. Sin vías ni condiciones para la operación comercial, el panorama sigue siendo desalentador para los afectados.