La tradicional cabalgata que da inicio a la Feria de Tuluá quedó marcada por la indignación y el dolor, tras la muerte de un caballo que colapsó en plena vía pública. El hecho, que quedó registrado en videos difundidos en redes sociales, reabrió el debate sobre la pertinencia de estos desfiles ecuestres en el país.
Pues durante el recorrido por el barrio Victoria, el equino se desplomó ante la mirada atónita de asistentes y jinetes. A pesar de los intentos de algunos ciudadanos por auxiliar al animal, este no logró recuperarse. El caso desató fuertes críticas hacia la organización del evento y hacia la Alcaldía de Tuluá, señalada por autorizar la cabalgata a pesar de los reiterados llamados de activistas a evitarla.
Consumo excesivo de alcohol durante la cabalgata
En esta edición, la cabalgata contó con un número reducido de caballistas y ejemplares en comparación con años anteriores. Según denuncias de testigos, durante el recorrido se evidenció consumo excesivo de alcohol y la presencia de algunos jinetes en aparente estado de embriaguez, lo que, para defensores de los derechos de los animales, agravó los riesgos para los equinos. A esto se sumó el reporte de otro caballo con lesiones tras la caída de su jinete.
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La Plataforma Alto y otras organizaciones animalistas alzaron su voz de rechazo y solicitaron investigaciones inmediatas por parte de la Fiscalía y el Grupo Especial para la Lucha contra el Maltrato Animal (Gelma). Además, exigieron la aplicación de la Ley 2455 de 2025, conocida como la Ley Ángel, que endurece las penas para quienes incurran en actos de crueldad animal.
El incidente ha reavivado la discusión sobre la realización de cabalgatas y otros eventos que utilizan animales como parte del espectáculo. La Feria de Tuluá, uno de los eventos más emblemáticos del Valle del Cauca, podría verse impactada en sus futuras ediciones si el debate ciudadano y político avanza hacia la restricción de este tipo de actividades.
