El incidente ocurrido el pasado fin de semana en el sur de Cali ha generado gran polémica, luego de que el congresista Christian Garcés denunciara públicamente que fue víctima de hostigamiento por parte de los propietarios de la Carpa la 66, un establecimiento nocturno que ha estado en el centro de diversas controversias. Garcés, quien visitó el lugar acompañado del concejal Juan Felipe Murgueitio, llegó al establecimiento para respaldar a los vecinos de la Comuna 17 que han denunciado irregularidades relacionadas con los ruidos excesivos durante los eventos que se realizan en el local.
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En los videos difundidos por Garcés, se puede ver cómo Sandro Paz, uno de los propietarios, se acerca al congresista y lo cuestiona en repetidas ocasiones sobre su presencia en la zona. “Sandro Paz está persiguiendo a un congresista de la República… esta es la modalidad de persecución en contra de un congresista”, se escucha decir a Garcés, quien asegura que fue seguido por los empleados del establecimiento, quienes los rodearon mientras se encontraban en su vehículo. En otro video, se escucha a Paz decir: “Llegan como ladrones, nosotros somos gente trabajadora. ¿Qué vienen a hacer acá?”, mientras sus empleados parecían intensificar la tensión.
Gárces y Murgueitio abandonaron el lugar tras la creciente tensión
A pesar de la escalada verbal, Garcés y Murgueitio decidieron abandonar el lugar ante la creciente tensión. En sus redes sociales, Garcés acusó a los propietarios de utilizar a su personal para hostigar y tratar de intimidar a los funcionarios públicos, lo que generó un fuerte rechazo. Por su parte, Murgueitio, quien también compartió los videos en sus redes, no ha emitido una declaración formal sobre el incidente, pero sí mostró su apoyo a la denuncia de Garcés.
Este altercado se enmarca dentro de una polémica más amplia sobre el funcionamiento de la Carpa la 66, ubicada en el barrio Bosques del Limonar. Los residentes de esta zona han denunciado que los ruidos generados por las actividades del establecimiento afectan la calidad de vida de más de 3,000 habitantes, quienes se quejan de la perturbación durante las horas nocturnas. Estas denuncias, en las que los vecinos exigen el cierre o una regulación más estricta del lugar, fueron respaldadas por el congresista y el concejal en su visita.
Sin embargo, los propietarios del lugar, Carlos y Sandro Paz, han defendido su establecimiento, argumentando que las quejas provienen de un número reducido de personas. En declaraciones previas a los medios, Carlos Paz indicó que de las 3,500 familias que, según la denuncia, se verían afectadas, solo unas pocas han asistido a las audiencias para apoyar las quejas, lo que pone en duda la magnitud del problema. “No hablemos de la comunidad, es una demanda de tres personas. Dicen que hay 3500 familias afectadas y usted va a la audiencia y solo hay 8 personas”, señaló Paz, refiriéndose a las audiencias legales donde se están resolviendo los conflictos.
