Lo que empezó como una intervención urgente para solucionar un problema de humedad se ha convertido en un foco de preocupación constante para los habitantes de Prados de Oriente. Desde el 4 de abril, cuando se detectó una filtración en el cordón vial, por lo que trabajadores rompieron el pavimento para identificar la causa, pero dos meses después el hueco continúa abierto, sin señalización adecuada y sin avances visibles.
Damaris Vargas, una de las residentes afectadas, le relató a 90 Minutos que tras la inspección de Emcali, los trabajos comenzaron rápidamente, pero luego se detuvieron sin explicación. “Vinieron, rompieron y ahí quedó todo. El hueco está lleno de agua, zancudos y basura. Ya no solo es un problema de movilidad, también de salud”, afirmó.
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La preocupación de los vecinos aumentó tras un accidente ocurrido hace unas semanas. Según Jorge Torres, otro habitante del sector, una mujer cayó dentro del hueco y sufrió una fractura de rodilla. “Es tan profundo que una persona puede estar parada dentro de él. Esto no puede seguir así”, agregó.
La comunidad también advierte sobre el riesgo que representa la exposición de infraestructuras clave en el lugar: una tubería de gas, una línea de alcantarillado y una manguera de agua potable.
Alcaldía con un ambicioso plan para recuperar las vías de la ciudad
Este panorama contrasta con los recientes anuncios de la Alcaldía de Cali, que presentó un ambicioso plan de recuperación vial por $900.000 millones, dentro del crédito por 3,5 billones aprobado por el Concejo. El pasado 26 de mayo, el alcalde Alejandro Eder firmó una alianza con la Iniciativa de Transparencia en el Sector de la Construcción (CoST), con la promesa de ejecutar obras con eficiencia y supervisión internacional.
Sin embargo, los vecinos de Prados de Oriente se preguntan cuándo llegará esa eficiencia a su barrio. “Nos dicen que se van a arreglar 800 kilómetros de vías, pero aquí no pueden cerrar ni una zanja”, concluyó Damaris.
Ahora, los residentes esperan que el llamado urgente a las autoridades tenga eco, y que las promesas de inversión en infraestructura no dejen por fuera a las comunidades que más lo necesitan.
