Un reciente estudio del Observatorio de Mujer y Equidad de Género, en alianza con el Observatorio de Bienestar Animal, evidenció una preocupante relación entre el maltrato animal y la violencia de género en Bogotá. El informe, titulado Violencias interrelacionadas, advierte que el maltrato hacia las mascotas no es un hecho aislado, sino una señal de entornos donde también se ejerce violencia contra las mujeres.
El análisis partió de mil registros de la Línea Púrpura de la Secretaría de la Mujer, en los cuales se identificaron menciones como “perro”, “gato” o “mascota”. De ese total, el 31 % reflejaba casos en los que coincidían la agresión a mujeres y a animales. Los investigadores concluyeron que, en muchos casos, los agresores usan el daño a los animales como una estrategia para ejercer control, generar miedo o castigar a sus parejas.
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Perfil del agresor: hombres, parejas y exparejas
El informe reveló que el 87 % de los agresores identificados son hombres. La mayoría son parejas actuales (40 %) o exparejas (27 %) de las víctimas. Las mujeres agresoras representaron solo el 5 %, con un perfil predominante de vecinas (41 %) o incluso madres (17 %). Este panorama indica que las relaciones afectivas y familiares siguen siendo el principal contexto donde ocurren estas violencias entrelazadas.
En los casos analizados, la violencia física contra las mujeres aparece en el 61 % de las situaciones, seguida de la violencia psicológica (55 %), económica (16 %), patrimonial (14 %) y sexual (10 %). En el caso de los animales, el maltrato físico lidera con un 45 %, seguido por la retención (20 %), la tenencia violenta (10 %) y el asesinato (9 %).
Los motivos más frecuentes detrás de estos actos de violencia incluyen disputas por el cuidado del animal (29 %), celos y control (25 %), o el deseo explícito de infundir miedo (25 %). En menor medida, también se relacionan con rupturas sentimentales (23 %) y casos de discriminación por orientación sexual o identidad de género (3 %).
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Factores de riesgo: consumo de sustancias y salud mental
El estudio identificó 28 factores agravantes. El más común fue el consumo de alcohol o drogas por parte del agresor (29,4 %). También destacaron los impactos en la salud mental de las víctimas (18,1 %) y las amenazas de muerte tanto a mujeres (16,2 %) como a animales (13,7 %).
Estas cifras subrayan la urgencia de tratar el maltrato animal como un indicador clave de otras violencias. Las autoridades insisten en que la crueldad hacia mascotas debe alertar sobre dinámicas de poder, control y agresión en los hogares. “Cuando se normaliza la violencia contra un ser vivo, se abre la puerta a muchas otras formas de maltrato”, concluyó Tami.