La seguridad global es cada vez más preocupante en 2024, con riesgos como conflictos armados, terrorismo, criminalidad y desastres naturales. El Informe Global de Riesgos del Foro Económico Mundial destaca la incertidumbre económica, el cambio climático y los conflictos geopolíticos como los mayores desafíos.
En este contexto, el informe ha identificado a Afganistán como el país más peligroso del mundo en 2024, debido a su alta criminalidad, inestabilidad política y conflictos armados.
En este año, Afganistán ha superado incluso a países que están en guerra abierta, como Ucrania, Rusia o Israel. La razón principal de este sombrío título se debe a la violencia persistente, los conflictos internos y la presencia de grupos terroristas. Desde la toma de poder de los talibanes en 2021, el país ha vivido una crisis de seguridad constante, con la población civil atrapada entre diferentes facciones y el creciente temor a nuevas represalias.
El informe destaca que el regreso al poder de los talibanes ha sumido al país en una situación de inseguridad extrema, lo que ha hecho aún más difícil garantizar la seguridad básica para sus ciudadanos. La falta de un gobierno central fuerte y la creciente violencia en las calles son algunos de los aspectos que se consideran en esta calificación.
La violencia en el país es omnipresente, con frecuentes ataques terroristas, enfrentamientos entre facciones y una alta tasa de criminalidad. Los talibanes, aunque han establecido un gobierno, enfrentan resistencia de otros grupos armados, incluidos el Estado Islámico de Khorasan y diversas milicias locales. Esta situación ha generado un entorno extremadamente peligroso para los civiles, con miles de personas desplazadas y un acceso limitado a servicios básicos como la salud y la educación.
El lento camino hacia la Paz
En el Índice de Paz Global 2024, que evalúa la tranquilidad en los países, Afganistán se encuentra en el último lugar, un reflejo claro de la desoladora situación de seguridad y paz en la nación. El futuro de Afganistán parece incierto, con grandes obstáculos para lograr una paz duradera.
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Mientras tanto, la comunidad internacional observa con cautela los avances del gobierno talibán y las posibles repercusiones de una relación más estrecha con Estados Unidos, un actor clave en la historia reciente del país. Este sombrío panorama para Afganistán pone de relieve los graves retos a los que se enfrenta el país y la compleja situación de su gente, atrapada en un conflicto que parece no tener fin.
