En una jornada marcada por el miedo y la violencia, el suroccidente colombiano vivió este miércoles 11 de junio una serie de atentados casi simultáneos que alteraron el orden público en los departamentos de Cauca y Valle del Cauca. En total, se registraron 14 ataques en menos de cinco horas, dirigidos en su mayoría contra estaciones de Policía y espacios públicos. La escalada terrorista dejó varias víctimas mortales, heridos y daños materiales en diferentes municipios.
Los hechos iniciaron en horas de la madrugada y se desarrollaron de la siguiente manera:
La ola de violencia comenzó a las 4:43 a. m. en Palmira, Valle, con el cierre de la vía al aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, tras el hallazgo de cilindros con grafitis alusivos a las FARC, presuntamente cargados con explosivos.
A las 6:00 a. m., una explosión sacudió el CAI del sector de El Pailón, en Buenaventura, mientras que, solo seis minutos después, un carro bomba fue detonado en El Bordo, Cauca, causando daños en la Alcaldía, viviendas y comercios.
La violencia continuó a las 6:16 a. m. en Corinto, donde un vehículo fue detonado en el parque principal, a escasos metros de la estación de Policía. A las 6:44 a. m., en Timbiquí, se localizaron dos artefactos explosivos cerca del comando policial.
A las 7:46 a. m., el municipio de Toribío fue escenario de un hostigamiento armado. Hombres armados ingresaron y atacaron la estación de Policía desde distintas esquinas del casco urbano.
Nuevos ataques terroristas a partir de las 8 am
A las 8:09 a. m., en Jamundí, un cilindro fue dejado en plena Avenida Sachamate. Pocos minutos después, a las 8:31 a. m., en Caloto, fue asesinado el patrullero Jair Gonzalo Gurrute, aumentando la tensión.
Simultáneamente, en Cali, una motocicleta cargada con explosivos fue activada frente al CAI del barrio Meléndez, dejando al menos cinco heridos y múltiples daños. Dos minutos más tarde, en el barrio Manuela Beltrán, otra moto bomba explotó frente a otro CAI, hiriendo a dos personas más.
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A las 8:50 a. m., se reportaron ataques armados contra la Policía en los municipios caucanos de Morales y Buenos Aires.
La violencia alcanzó su punto más crítico a las 9:06 a. m., cuando en el peaje de Villa Rica, en la vía que comunica a Cali con Popayán, fue activado un artefacto explosivo que cobró la vida del policía de tránsito Duván Ramírez e hirió a otros uniformados. Tres minutos después, una nueva explosión afectó una estación de Policía en el sector de Los Mangos, en Cali.
El país reaccionó con preocupación ante la magnitud y simultaneidad de los hechos. Por esto, el representante a la Cámara Alejandro Ocampo denunció que “no es coincidencia” y calificó los atentados como parte de un intento por “desestabilizar al país, sembrar miedo y sabotear el proceso de cambio”.
Las autoridades investigan la autoría de los ataques y activaron protocolos de seguridad en varias zonas del país. Mientras tanto, la ciudadanía permanece en alerta ante la posibilidad de nuevos hechos violentos.
