En medio de la creciente tensión política, la periodista Vicky Dávila protagonizó una fuerte crítica e insulto contra el presidente Gustavo Petro, luego de que este calificara como “mucho HP” al presidente del Senado, Efraín Cepeda. La polémica se encendió durante una intervención del mandatario en Soledad, Atlántico, donde atacó la propuesta de Cepeda de gestionar reformas mediante el Congreso en vez de acudir a una consulta popular.
“¡Abran los ojos, porque aquí el único HP es Petro!”, sentenció Dávila durante una entrevista en Caracol Radio. Con esta declaración, la periodista cuestionó el rumbo del país bajo el liderazgo del jefe de Estado y exhortó a los ciudadanos a despertar ante lo que calificó como una amenaza institucional.
Después de que Dávila insulto a Petro no se detuvo ahí, puesto que acusó al presidente de distraer a la opinión pública con temas superficiales mientras, en su opinión, implementa medidas que afectan gravemente al país. “Mientras el país discute si Petro se estiró las arrugas, si está enamorado o si le quitaron la visa, él nos está clavando y lo está logrando”, añadió.
El insulto presidencial y la respuesta del Congreso
El detonante fue la propuesta del senador Efraín Cepeda de tramitar la reforma laboral mediante los proyectos ya radicados en el Congreso. Esto, luego de que la Comisión Séptima hundiera el articulado presentado por el Gobierno. En respuesta, Petro descalificó públicamente a Cepeda, repitiendo el insulto incluso en su cuenta de X.
Además, la molestia del presidente radica en su intención de llevar los temas laborales a una consulta popular. Una alternativa que ha sido fuertemente criticada por su costo, que podría ascender a 800 mil millones de pesos. Ante este escenario, Vicky Dávila propuso convocar una consulta distinta, aunque, según ella, represente los verdaderos intereses del pueblo colombiano.
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“Lo que deberíamos estar haciendo los que queremos a Colombia es plantear nuestra propia consulta. La consulta de la seguridad y de la salud”, propuso.
La confrontación verbal entre el presidente y figuras del Congreso se ha vuelto constante. Sin embargo, el uso de calificativos ofensivos por parte del jefe de Estado eleva el nivel del conflicto y preocupa a analistas y ciudadanos. Mientras tanto, la incertidumbre sobre el futuro de las reformas y el método para tramitarlas sigue sin resolverse.
