El ministro del Interior, Armando Benedetti, y la canciller Laura Sarabia, se saludaron de beso en la mejilla y sostuvieron una conversación por segundos tras tensiones. Ocurrió el pasado 5 de junio, en los pasillos del Centro de Convenciones de Cartagena. Los dos funcionarios han protagonizado los escándalos más sonados en el gobierno, que han tomado eco en los últimos meses.
Sarabia fue miembro de la Unidad de Trabajo Legislativo (UTL) de Benedetti como senador y, de la mano de su jefe, aterrizó a la campaña presidencial de Gustavo Petro. Pese a ese antecedente, su relación ha sufrido fracturas y ahora es casi que inexistente. Su relación se empezó a fragmentar desde el escándalo del polígrafo a la exniñera de Sarabia y la filtración de audios de Benedetti, en los que amenaza e insulta a la hoy canciller.
Por eso, Sarabia demandó a Benedetti. Hace apenas un mes, Sarabia entregó numerosos folios a la Fiscalía en contra del ministro, en donde ratificó su demanda por presunta violencia de género, enriquecimiento ilícito y agresiones en el exterior. “Desde que dejó de ser mi secretaria, no tengo nada que decir”, respondió Benedetti, quien también ha lanzado ofensivas en su contra.
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La novela turbulenta de Sarabia y Benedetti
Desde hace meses, ambos no protagonizan un acercamiento de tal magnitud. La última vez que Sarabia y Benedetti se vieron de cerca, en público, fue el pasado 25 de noviembre cuando el hoy ministro aterrizó en Casa de Nariño. Aunque Benedetti tuvo un papel clave en la campaña, Sarabia fue una de las mujeres más poderosas del gobierno, mientras él estuvo en cargos diplomáticos en el exterior. Primero como embajador en Venezuela y luego como embajador ante la FAO, en Roma.
Ese choque de poder y cargos en el gobierno, terminó de levantar ampolla en la relación de ambos. Así, después de llegar de Roma, Benedetti ascendió en el gobierno como asesor del presidente y tan solo semanas después, se convirtió en ministro del Interior y en jefe de gabinete. La tensión de Benedetti y Sarabia salió a la luz por el polígrafo que se le practicó a Marelbys Meza, la exniñera de la canciller. Petro sacó a ambos funcionarios del gobierno —aunque luego volvieron recargados de poder—.
En junio de 2023, se filtraron audios de Benedetti, en los que amenaza e insulta a Sarabia. “Ajá, marica, yo hice 100 reuniones (…) 15.000 millones de pesos, es más, si no es por mí no ganan (…) Además, lo que te voy a decir no es una amenaza (…) veo que esto me puede emputar, pateo hijueputa, y ahí nos caemos todos hijueputa”, se escucha en uno de ellos.
Un año después, en abril de 2024, se filtraron otros audios en los que Benedetti habla con Aida Merlano, la excongresista condenada por compra de votos. “Hasta dónde yo sé, el man [Gustavo Petro] no sabe un culo, es la coya esta de Laura que le fascina tirárselas de inteligente”, dice. “Coya” es un insulto común en la Costa Caribe, que se refiere a una “mujer que se acuesta con todo el mundo”, tal como explicó El Colombiano en este artículo. Sarabia calificó a ese artículo de “misógino, ruin y lo más doloroso para una mujer”. De ahí, nació la denuncia por violencia de género. Desde entonces, los agarrones no se han detenido. Recientemente, Benedetti cuestionó a Sarabia por su presunto papel en un entramado de corrupción de salud.
¿Qué hay detrás del cálido saludo?
Aún es incierto. Los funcionarios se encontraron en el 59 Congreso de Asobancaria. Según confirmó una fuente a El Tiempo, Sarabia fue a apoyar una charla de Benedetti sobre la consulta popular por la reforma laboral.
El episodio con Sarabia también recuerda al ocurrido con la vicepresidenta Francia Márquez. Ambos se reunieron para tratar proyectos hacia las comunidades del Pacífico y otras regiones, después de meses de tensiones tras el primer consejo de ministros televisado. Ahí, Márquez mostró su descontento por Benedetti al estar denunciado por violencia de género. “Lo importante de esa reunión es que fue de mejor clima. De risas y de mucho cariño”, dijo Benedetti al terminar su encuentro con la vicepresidenta.
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