En medio de una tensa disputa diplomática entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos, desencadenada por la negativa del presidente Gustavo Petro de recibir vuelos con colombianos deportados, emergió un inesperado aliado: el expresidente Álvaro Uribe Vélez. Aunque históricamente enfrentados, una llamada clave entre la canciller designada Laura Sarabia y el exmandatario marcó un giro en la gestión de la crisis.
¿Cómo empezó la crisis?
Todo se desató cuando el presidente Donald Trump endureció sus políticas migratorias, ordenando deportaciones masivas. En respuesta, Petro tomó una decisión contundente al no aceptar vuelos con deportados, en protesta por las condiciones en las que serían trasladados.
La reacción de Estados Unidos no se hizo esperar. El secretario de Estado, Marco Rubio, anunció la suspensión de la emisión de visas en Bogotá. Además, Trump ordenó revocar las visas de funcionarios cercanos al gobierno de Petro, imponer aranceles más altos a productos colombianos y endurecer la postura hacia el país.
Este cruce de medidas puso en alerta a los sectores económicos colombianos. Exportaciones clave como flores y aguacates, destinadas a eventos como San Valentín y el Super Bowl, estaban en riesgo, generando temor por las consecuencias comerciales.
La intervención de Uribe
En medio de esta tormenta, Sarabia contactó a varias figuras políticas y gremiales en busca de apoyo. Según el diario estadounidense The New York Times, fue Álvaro Uribe quien jugó un papel crucial para desescalar la situación. Aunque la versión de cómo se dio el contacto tiene matices distintos, lo cierto es que Uribe terminó involucrándose activamente.
El expresidente aseguró que no fue Sarabia quien lo contactó directamente, sino un intermediario externo a la política. Posteriormente, accedió a una conversación con la canciller designada. “La señora Canciller me dijo que ya tenían una solución que estaban consultando, que había leído nuestro comunicado. Le dije ojalá, el tema requería una solución urgente”, escribió Uribe en su cuenta de X (antes Twitter).
De acuerdo con el medio estadounidense, Uribe incluso habría llamado a sus contactos en Washington, incluido Marco Rubio, para facilitar el diálogo y evitar una escalada mayor. Su mensaje fue claro: aunque mantiene diferencias con Petro, consideró que la situación debía resolverse en beneficio del país.
Sarabia: “Las relaciones internacionales trascienden las agendas domésticas”
Por su parte, Sarabia emitió un comunicado en el que destacó la importancia de dejar de lado las diferencias internas para proteger los intereses de Colombia. “Agradezco a cada interlocutor su disposición. Estas conversaciones siempre buscaron promover la calma y actuar de manera diligente a través de los canales diplomáticos”, afirmó.
En su mensaje, también resaltó que todas las gestiones realizadas tuvieron como objetivo garantizar la estabilidad de las relaciones con Estados Unidos, un socio estratégico para Colombia.
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Finalmente, aunque el conflicto diplomático logró desactivarse tras varias gestiones, las consecuencias todavía se sienten. El gobierno colombiano aceptó las condiciones impuestas por Estados Unidos para recibir a los deportados, pero las sanciones de visa permanecen vigentes hasta que aterrice el primer vuelo.
