María Camila Pinillos Benavides, abogada de 32 años, hija de Armando Pinillos Triviño enfrenta una demanda de alimentos interpuesta por su padre. La joven asegura que él la abandonó al nacer y jamás contribuyó a su crianza. Sin embargo, ahora su padre exige dinero para mantener su alto nivel de vida, incluyendo gastos en domicilios y entretenimiento.
El caso ha generado indignación, pues Armando, quien ha gozado de estabilidad financiera durante años, argumenta que su situación económica ha cambiado y necesita la ayuda de sus hijos. Para María Camila, este reclamo no solo es injusto, sino que también representa una carga inesperada que afecta su estabilidad económica.
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Ausencia desde la infancia y ahora el padre exige dinero
Desde su nacimiento, Armando tuvo una presencia mínima en la vida de su hija. Según Mixi Benavides, madre de María Camila, él solo estuvo presente unos pocos días y nunca asumió su responsabilidad como padre. Aunque la reconoció legalmente, jamás aportó económicamente ni buscó un vínculo afectivo con ella. Ante la falta de apoyo, Mixi se hizo cargo de la crianza de María Camila hasta que tuvo que emigrar a España cuando la niña tenía cinco años. La pequeña quedó al cuidado de su abuela, mientras su padre continuaba su vida sin preocupaciones ni interés por su bienestar.
Años más tarde, María Camila intentó acercarse a su padre. En 2009, cuando ingresó a la universidad, lo buscó a través de redes sociales con la esperanza de conocerlo mejor y quizás reconstruir una relación. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano, ya que Armando nunca mostró verdadero interés en formar un vínculo con ella.
A pesar de esto, María Camila siguió con su vida y logró graduarse como abogada en 2015. Durante este tiempo, enfrentó dificultades económicas y acumuló deudas para financiar sus estudios. Mientras ella luchaba por salir adelante, su padre continuaba con su vida cómoda en Bogotá, con empresas y propiedades.
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Demanda inesperada
En 2020, la situación dio un giro inesperado cuando Armando mencionó que planeaba demandar a su otro hijo por alimentos. Poco después, María Camila recibió una citación para una conciliación, donde su padre alegó estar en crisis financiera y exigió apoyo económico de sus hijos. La Comisaría de Familia de Chapinero fijó una cuota de $250.000 para María Camila y $2.000 dólares para su hermano. Para la abogada, la noticia fue un golpe inesperado, ya que su padre jamás le brindó apoyo y ahora pretendía exigirle dinero.
Durante el proceso legal, Armando argumentó que sus gastos mensuales superaban los $12 millones de pesos. Entre estos, incluía $2.700.000 en comidas a domicilio y $1 millón en entretenimiento, como cine y salidas con amigos. María Camila no podía creer que su padre, que tuvo empresas y propiedades, no hubiera previsto su vejez y ahora la responsabilizara por su bienestar.
Incapaz de cumplir con la cuota impuesta, la abogada enfrentó embargos en 2023. Se vio obligada a aceptar una cuota de $450.000 mensuales para evitar mayores represalias. La situación, lejos de resolverse, ha generado frustración y un sentimiento de injusticia en la joven.
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La lucha por justicia
María Camila considera que esta demanda no solo es injusta, sino que también ha afectado profundamente su vida. Nunca recibió apoyo de su padre y ahora debe destinar parte de su salario para sostenerlo, mientras él continúa defendiendo su derecho a recibir ayuda de sus hijos.
Aunque Armando asegura tener pruebas de que cumplió con sus responsabilidades paternales, hasta la fecha no ha presentado documentos que lo respalden. Mientras tanto, María Camila sigue luchando por evitar que un caso como el suyo siente un precedente perjudicial para otros hijos abandonados.
